Ya no sé escribir

domingo, 18 de septiembre de 2011

Esto no lo arreglan ni los filólogos. Si Alfonso X volviese del Más Allá, se volvería a marchar espantado. El antiguo lema limpia, fija y da esplendor ahora parece haberse convertido más bien en mancha, inventa y da... por culo. Porque yo ya no sé escribir castellano. Debería volver al colegio y empezar de cero y aprender solo las normas actuales porque si me enseñan referencias vería que la preciosa lengua que es el castellano corre el riesgo de convertirse en un enorme absurdo lingüístico. Que sí, que ya lo sé, que las lenguas no son estáticas en el tiempo, que cambian con los usos (y desusos) de las mismas, que deben evolucionar, adaptarse a las necesidades del habla de las gentes. Pero es que las normas estaban bien, el idioma tenía una lógica interna propia y se la están cargando.

Si una lengua evoluciona de tal manera que sus reglas se complican más, se vuelven más retorcidas, con cada vez más excepciones, y pierde la intuitividad que la caracterizaba a la hora de usarla, eso no es evolución, es involución. No aplican aquí los mismos criterios que en la evolución biológica. Aquí yo pienso que la evolución debería llevar a una mayor claridad y sencillez y no a lo contrario. ¿Por qué pienso eso? Porque entiendo que el objetivo de una lengua es facilitar la comunicación entre quienes la usen, y cuanto más clara y sencilla de usar sea aquélla, más clara y fácil de interpretar será ésta y todos nos entenderemos bien. Quienes manejen lenguajes de programación en Informática seguro que saben a qué me refiero.

Pero no. Aquí cada uno habla y escribe como le da la gana. Unos por influencia del sistema SMS y la mensajería instantánea, donde la tendencia es a abreviar e incluso a sustituir unas letras por otras porque son de más rápido acceso en el teclado. Esto está muy bien porque abrevia y aumenta la velocidad de la comunicación sin perder significado, pero hay que tener claro que es solo una excepción, que formalmente no se escribe de esa manera y que solo atiende a un criterio práctico comunicativo. Pero el hecho es que muchos no han podido (o no han querido) evitar contagiarse de esta manera de escribir incorrectamente y han acabado trasladándola a otros medios ajenos al teléfono móvil. Otros porque directamente no saben escribir, como el caso HOYGAN (un divertido análisis de este fenómeno aquí). Cuando el teclado es el de un dispositivo de telecomunicaciones pequeño, como un móvil, un smartphone o incluso una tablet, puede ser comprensible y hasta razonable permitir que se abrevie y se cometan ciertas incorrecciones ortográficas si se hacen con consciencia de ello y por razones prácticas, si no disponen de un programa adecuado que permita escribir bien de forma rápida, lo cual no suele ser. Pero cuando se dispone de un teclado convencional de ordenador, pienso que no hay excusa posible, salvo que esté estropeado. Hay foros en donde no se permite escribir sin faltas de ortografía. Son muchos, en cambio, los que sí lo permiten. Yo mismo fui moderador en una ocasión de un joven foro en el que, cuando empecé a detectar que algunos escribían en "lengua sms" por defecto, entre otras cosas, y protesté por ello, la administración del foro me llamó la atención a mí argumentando que el foro estaba para facilitar la interacción entre usuarios y que, "mientras se entienda, vale", que no había por qué ser tan rigurosos. Esa y otras razones que no vienen al caso hicieron que renunciara a la moderación y me desvinculara del foro, por supuesto.



No es un capricho. Se trata de buscar claridad, y si cada uno escribe como le da la gana, la claridad se va a la mierda y luego vienen los malentendidos, que ya existen igualmente aunque todos hablemos y escribamos correctamente, así que si encima escribimos como nos sale de nuestras sagradas partes, la confusión de lenguas de Babel al lado de esto se convierte en un mero trabalenguas simplón. Ya cuesta a veces adaptarse al modo de hablar de los demás, donde aunque todos hablemos un mismo idioma, resulta que no todos lo usamos exactamente de la misma manera, y un buen puñado de expresiones y palabras aparentemente estándar, resulta que unos le dan más un determinado sentido y otros otro, probablemente según usos regionales, familiares y personales, por lo que a veces se producen pequeños malentendidos menores por culpa de diferentes interpretaciones o matices en palabras que a lo mejor pueden ser de lo más corrientes. Si ya partimos de esta base, imaginad la que se puede liar si ampliamos las fuentes posibles de discrepancias lingüísticas. Babel.

¿Por qué pienso que el castellano se está degradando? Porque el castellano viene del latín y se está dejando de parecer a él, y esto me preocupa no por la forma, sino por el contenido, no por los usos, sino por las reglas que los regulan. Si hay que introducir cambios que mejoren la comunicación, estupendo; pero si la perjudican, de estupendo nada. Un día conversaba con un amigo sobre este tipo de cuestiones y me comentaba que cuando él fue al colegio y estudiaba castellano, todo tenía más o menos un porqué, había unas reglas claras de composición, derivación, etc. Conociendo además un poco de latín, la lengua de la que deriva el castellano, se podía ver el origen etimológico de muchas palabras y comprender incluso el porqué de sus significados. Todas estas cuestiones te conducían a un control tal de la lengua que podías incluso predecir, intuir o deducir significados a partir de otras palabras, sufijos, prefijos, etc y construir neologismos apropiados (con sentido). Es el elemento creativo de la lengua y la fuente principal de la extraordinaria riqueza idiomática del castellano.

Se supone que la RAE era la institución que velaba por el cumplimiento de esa lógica interna de la lengua y un uso de la misma adecuado a las reglas, pero ha acabado siendo exclusivamente un organismo que se limita a registrar usos populares mayoritarios, sean o no congruentes con las normas existentes, ampliando el número de excepciones a las reglas, creando confusión y complicando en lugar de aclarar y simplificar. Yo no soy filólogo, así que no sé cuál es el modo adecuado de dar mayor claridad y sencillez a nuestro idioma, pero viendo las últimas reformas abordadas por la RAE, por un lado tengo la impresión de que esa no es la manera, y por el otro me lleva a cuestionarme la necesidad de una institución como la RAE, pues otros países no tienen organismos equivalentes a ella y no parece que por ello tengan mayores problemas idiomáticos que nosotros.

1 comentarios:

Vedisu dijo...

Pues sí, es la triste realidad, suscribo tu post de principio a fin. Llegar hasta el punto, de cuando uno está redactando, dudar de cómo se escribe una palabra, es muy triste. Hace años las reglas estaban claras y ahora hay un batiburrillo de normas, excepciones, acepciones, etc... que en lugar de mejorar, entorpecen el aprendizaje y la evolución de la lengua. Pero bueno, por suerte, aún quedan personas que luchan por el correcto uso de la lengua, entre ellas tú ;)

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