La pesadilla del DNI electrónico

Cuaderno de bitácora. Año 2011 del siglo XXI según cómputo y notación terrestres. Unos primates homínidos llamados a sí mismos Homo sapiens sapiens han evolucionado ocupando todo el planeta, se han ido organizando formando gobiernos y a través de la división del trabajo, la cooperación y la especialización han logrado un desarrollo científico-tecnológico espectacular en los últimos años. Aún les falta mucho para explorar el espacio profundo con naves tripuladas capaces de realizar viajes intergalácticos en tiempos razonables, pero no debemos subestimar lo listos que son. Están en la era de la información y la comunicación digitales. Se sirven de estructuras de computación para trabajar y relacionarse a distancia unos con otros, aunque estén en extremos opuestos del planeta. Un invento es particularmente interesante, lo llaman DNI electrónico y es un identificador personal necesario para el control de la población en el marco de las acciones socio-políticas por las que pueden relacionarse fácil y rápidamente con sus administraciones públicas en cumplimiento de los derechos y demandas que establecen entre ellos. Yo mismo, haciéndome pasar por uno de ellos, he logrado registrarme y tengo mi propio identificador electrónico. También he logrado hacerme con una de sus computadoras más avanzadas y con lo que llaman un "lector de tarjetas inteligente". No me ha sido posible comunicarme con dicho lector pese a que me he dirigido a él en todos los idiomas registrados en la base de datos galáctica de mi nave. Deben de manejar un concepto diferente de "inteligencia" que nosotros. El invento está bien salvo por un pequeño detalle: no funciona.

He seguido todos los pasos que su policía detalla en este sencillo y claro manual que, como cualquiera puede comprobar, podría entender cualquiera de sus niños de tres años. He instalado los drivers del CD de instalación que traía el lector cuya inteligencia no logro encontrar. Luego he logrado descargar e instalar los certificados oportunos, así como lo que ellos llaman un módulo criptográfico. Son muy listos, estos tipos piensan en todo. Para evitar problemas de falsas identidades y robo de datos personales han ideado un sistema de acceso complejo que es superseguro. Tan superseguro que no pueden acceder ni ellos mismos. Al final me cansé y le pasé el marrón a HAL. Lleva dos días intentando descifrar su sistema de acceso. Parece que va haciendo progresos. Pronto podré inscribirme en un proceso selectivo a través de lo que ellos llaman Internet. Estoy impaciente. Yo no conseguí hacerlo funcionar. Tras instalar todos los controladores, certificados y aplicaciones que me pedían (una hora de tiempo terrestre más o menos entre que recopilaba la información necesaria y la comprendía), y luego de introducir el código de acceso que ellos llaman PIN del DNIe, he logrado rellenar los campos del formulario. El problema vino al darle a Enviar. Me salía un aviso de que iba a firmar electrónicamente y me indicaba qué certificado debía utilizar, detalle que se agradece enormemente:

Al Aceptar me avisaba de que iba a firmar los datos de pago:

pero la sorpresa vino cuando al mismo tiempo me aparecía otra cosa:

¿Y qué contraseña es esa? Invito a gominolas a quien lo adivine, porque yo desde luego no he establecido ninguna contraseña para algo semejante ni en ningún momento se me pidió hacer cosa tal. De todas formas no importa, introduzcas lo que introduzcas: el PIN, la contraseña del pc (que diréis "-¿y qué pinta la contraseña del pc en esto?" -pues nada pero cuando uno está desesperado pone la contreña que sea, qué pasa) y hasta Aceptar dejándolo en blanco, el resultado es el mismo:

Presta que es un primor. Y mientras se queda  uno mirando como un imbécil la pantalla sin entender nada y con cara de haber sido abducido por un especial de Manuel Parada, sin ninguna compasión empiezan a jugar con tus sentimientos:

Que dices: -¡Sí! y le das a Aceptar con emoción y esperanza, pero:

Y entonces te mosqueas. Te mosqueas más de lo que ya vienes estando en toda la hora o más que llevas metido en este fregado, quiero decir. Es una trampa. Hagas lo que hagas volverás a:

Y saltará solo de nuevo el:

Y/o (según le apetezca) el:

Y aquí es cuando toda la inteligencia y sentido común del hombre ya sin más recursos ni conocimientos que su propia y humilde existencia terrena, emplea esa intuitiva fórmula de investigación que consiste en ir probando al azar: doy a aceptar a las dos; cancelo ambas; Acepto una pero cierro la otra, con chulería, como diciendo "no me gustan tus opciones". Con la moral minada te descubres a ti mismo haciendo clics de ratón absurdos que no te conducen a ninguna parte que no sea:

Y entonces te das cuenta de que efectivamente el sistema es superseguro y el lector inteligente, pero más retorcido e inhumano que Jigsaw, por lo estúpido que te hace encima sentir al darte cuenta de que, al final de tanto sufrimiento, tienes que acabar eligiendo:

Pues na, habrá que ir...

No pretendo denunciar que el DNIe no funcione para hacer trámites online, aunque yo no consiga que a mí me funcione. Pero sí que opino que, cuando se supone que la tecnología debe dar facilidades, parece que en este caso haya que tener un Máster para lograr explotar esta vía. Creo que aún tienen que refinar "un poquitín más" este tipo de cosas, porque el avance existe, pero el dejarlo a disposición de los ciudadanos de forma sencilla sin que ello implique riesgos de seguridad, no parece estar tan trabajado... Se puede leer en foros por ahí cómo mucha gente se queja de lo complicado que es usar el DNIe, y eso que uso Windows, que se supone que es más compatible por caprichos del Gobierno, pero he oído algún que otro comentario suelto de que hay gente que en Linux y en Mac tampoco se las apañan muy bien. Vamos, que es cosa de ellos y no de nosotros, parece. Una pena. Para muchas cosas parece que seguimos en la Edad de Piedra, Papel y Tijera.